Por Joan Escutia y Cassandra Lange
El recorrido de la memoria es un experimento que siempre resulta satisfactorio realizar. No importa si los recuerdos son amargos o dolorosos, el saber que se han sobrepasado con brío es recompensa suficiente para aplaudir el paso del tiempo y para voltear la vista hacia adelante. En la música, afortunadamente, el 2015 fue un año que estuvo muy lejos del dolor pues arrojó un montón de cosas buenas para todos aquellos que nos dedicamos a escucharla con atención. No solo se trató de grandes videos, promesas del futuro y hits instantáneos, sino que también fue un gran año para las obras completas, uno en donde escucharlos de principio a fin valió la pena una y otra vez. Fuimos testigos de grandes discos y teníamos que hacer un repaso en forma como el de ahora.
Ésta es la última lista de nuestro recordatorio de lo que más nos gustó de todo el 2015. La de discos, es una jerarquización que cuesta trabajo realizar, que duele porque muchos discos buenos quedaron fuera para darle paso a otros mucho mejores y emocionante en cada uno de los puestos que lo conforman. Este año quisimos ir más lejos y darle más cariño al cotorreo, por eso hemos conformado una lista de 50 discos esenciales para entender el 2015 que se va. Quedó muy buena la lista, van a querer escucharlos todos otra vez.
50.- Sunn O))) – Kannon
Cierto. Sunn O))) ya no hace discos innovadores ni contundentes. Y qué bueno, nadie se los pidió. En cambio siguen cimbrando la tierra con un drone embrujado que nada le pide a sus imitadores. El sello de la casa: el gandallismo texturoso guitarrero de ultratumba. Y eso, en los cánones de esta lista, es un alto rango.
49.- Destroyer – Poison Season
Dan Bejar demostró una vez más que es uno de los autores y compositores más increíbles que tenemos actualmente y, además, uno de los que más humor tienen. En “Poison Season” se enamora de una ciudad, de sus cosas y sus virtudes. No poca cosa como para caer por el disco de la misma manera.
48.- Viet Cong – Viet Cong
Garantía segura de que el rock de guitarras se puede renovar con sus mismos elementos, un poco de ruidero, mugre y dos ex Women hacen de este aparente debut un disco de culto que lo mismo apacigua a las bestias culturales post rockers que a roqueros de cepa. Tiene algo de noventero, algo de frialdad e industrialidad que lo mantiene a flote de cualquier estigma sobresaliente. Un álbum que tras un espectacular debut en EP se supo mantener firme desde enero a la fecha.
47.- Elvis Depressedly – New Alhambra
La carrera de Elvis Depressedly ha sido tan larga como llena de melancolía. En su más reciente disco, el increíble “New Alhambra”, logra crear un manifiesto a la tristeza como una mala broma de la vida y no como un vaso en el cual hundirse por completo. Se escucha lleno de oscuridad, pero con una luz que brota con cada sonrisa que aparece en cada escucha nueva. Cosa buena para no soltar.
46.- Lotic – Heterocetera Ep
El sello neoyorquino Tri Angle ha sido encumbrado de riguroso culto entre las huestes exploradoras de sonidos mutantes que abundan en la escena clubbing subterránea de todo el orbe. Lotic no sólo ha llamado la atención por abanderar una postura abiertamente gay de color, sino por hacer una música increíble, sumamente sórdida y descompuesta que lo mismo pone a mover el cuerpo que a viajar la mente. En menos de un año, el productor texano J’Kerian Morgan se ha hecho de un nombre sólido en la escena electrónica que puede escucharse de forma redonda en este EP de cinco temas que no tiene desperdicio.
45.- Ríonegro – Ríonegro
Lo de Ríonegro es una especie de milagro musical. Un producto del trabajo de tres grandes de la música contemporánea como lo son Matías Aguayo, Sano y Gladkazuka haciendo lo que mejor saben hacer: poner al mundo a bailar como si no hubiera un mañana. Todo, además, agregándole un sentimiento latinoamericano como pocas cosas, el resultado es un disco lleno de texturas, ritmos y trucos sintéticos que vuelve loco a cualquiera. Imprescindible para los fans del club y de la selva por igual.
44.- Nidia Minaj – Danger
Príncipe Discos fue uno de los sellos mundiales que más nos emocionó en este año y, entre tantos releases que tuvo, el larga duración de Nidia Minaj es uno que sobresale sobre todo lo demás. Lo hace no solo por tratarse del más largo, sino también por ser una mutación tan increíble como sorpresiva entre lo mejor de la música contemporánea europea que va desde Kelela hasta FKA Twigs y el legado de la música portuguesa y africana. Todo en un solo lugar, la música electrónica nunca sonó tan salvaje como aquí.
43.- Tobias Jesso Jr. – Goon
Tobias Jesso Jr. logró con “Goon” darle una revitalización merecida a los clásicos. Y lo logró, además de escucharse como un erudito y fiel seguidor de Paul McCartney, por medio de la sencillez que dictan ellos mismos y la complicidad en cada una de sus letras. Un paseo por la vida de un joven que parece respirar aire de antaño y que no teme a demostrarlo en sus canciones. Bella cosa que nos dejó el año.
42.- Dënver – Sangre Cita
A Dënver le ha costado varios años convertirse en el claro ejemplo del pop hecho en Chile que es hoy en día. Ha pasado por épocas tan inocentes como por otras tan arriesgadas que “Sangre Cita”, su más reciente disco, suena como una experimentación en manos frías y pensantes. No importa que de pronto se escuche como algo más, porque al final del día sabemos que es producto de dos de las mentes más frescas de Sudamérica hoy en día. Hay que escucharlo para aplaudirles eso y más.
41.- Car Seat Headrest – Teens Of Style
Un regalo es todo el catálogo que Car Seat Headrest tiene colgado en su bandcamp. Hay cosas que son completamente gratuitas y otras que no y sin embargo parece no haber diferencia entre la calidad de ellas. Es power pop en la misma estirpe que los mejores momentos de los New Pornographers y con la misma euforia de los primeros Strokes, además de contar con letras tan sinceras como profundas y llenas de un humor particular. Este año le valió ser firmado por Matador Records (la casa de Interpol y Jay Reatard) y este disco es la mejor prueba del por qué sucedió eso.
40.- Empress Of – Me
La música de Empress Of se puede escuchar de pronto como el mejor arsenal para cualquier pista de baile del mundo, pero al mismo tiempo se puede sentir como la declaración de cariño al pop bailable más auténtica desde hace tiempo. De cualquier manera es un acierto que no solo la llevó a triunfar en su región, sino que le valió ser reconocida internacionalmente sin empacho. “Me” es la mejor demostración de cómo es que lo ha logrado a lo largo de todo este tiempo y vale mucho la pena escucharlo.
39.- Marineros – O Marineros
2015 fue el año en el que por fin vio la luz el disco debut de Marineros, uno de los tesoros mejor escondidos en Latinoamérica durante los últimos años. El resultado no podía ser otro más que una colección de canciones conmovedoras que contienen un calor que abraza a cualquiera que se le ponga en frente. Escucharlo completo es como ver una historia de amor e inocencia frente a nuestros ojos y formar parte de ella es algo que no tiene precio como espectador.
38.- Deltatrón – El Álbum Negro
En “El Álbum Negro” Deltatrón decidió recopilar todas las colaboraciones que ha hecho a lo largo de todo este tiempo con aquellas voces que le dieron un sentimiento con palabras a su música. Lo que resultó fue una compilación llena de sabor que se escucha tan buena como cada una de las canciones que lo conforman. Aquí hay de todo: cumbia, reggaetón, electrónica y demás. Un regalito de parte del peruano más fresco de hoy en día del que nadie ahí afuera puede renegar.
37.- Grenda – Living Right Ep
No nos cansamos de repetirlo a quien se deje, Grenda es uno de nuestros debuts favoritos nacionales. Static Discos sabe poner el ojo, y el EP debut de Eduardo Amezcua con su menoría de edad y su electrónica pop-hop emotiva nos muestra por qué es una carta a la que hay que ponerle atención en meses venideros. Cinco temas desde la brisa tijuanense para el mundo, sumamente contemplativo y de golpe inmediato. Ya queremos escuchar su LP debut y su próxima presentación en el NRMAL en DF en marzo próximo.
36.- Cristo – Use Your Delusion I & II
Sin bombo ni platillo, el regiomontano y hasta ahora prácticamente desconocido Memo Guerra se aventó lo que en un inicio pretendía ser un disco doble conceptual con reminiscencias a lo que fuera un clásico noventero de los Guns and Roses. ¿El resultado? Un menú de temas experimentales, con salpicaderas pop y experimentaciones caseras que a veces rayan en el ambient y luego tocan el drone con resultados francamente conmovedores. Menos es más suelen decir los minimalistas, pero en este caso esa máxima se diluye en una deliciosidad sonora que parece no tener final. Un trabajo que tomó tiempo y rumbo propio en su confección.
35.- Nesstrak – Delichung
Todo lo que sale de Lowers es una especie de gema que brota desde lo más profundo del internet a la más compleja apreciación de los oídos del mundo. Nesstrak, una de las partes fundamentales de la disquera, lanzó “Delichung” como prueba fiel de eso y de un poco más. El disco se escucha como la descripción perfecta del abismo marítimo que anuncia con su impactante portada en donde la presión en los oídos parecer exactamente la misma: pesada y complicada de aguantar. Pero una vez que se logra estar dentro de ella sin problemas, es uno de los discos nacionales mejor hechos y más increíbles que se hicieron este año. Ojalá la disquera reviva bien ahora sí, aquí estamos felices de recibir todo lo que hagan en la vida.
34.- Young Thug – Barter 6
En “Barter 6”, Young Thug logra crear el mejor retrato del trap como no se hacía desde hace años. Al lado de Future en la región y de toda la camada de pobres españoles de los que somos seguidores, el género se vio despertado de un profundo sueño para erguirse como lo que es: un plausible ejercicio de supremacía dentro del rap y un espacio claro para la experimentación de producción. Lo de Young Thug es espectacular en cada una de sus muestras y claro está que logró algo mejor de lo que el título a a la Lil Wayne puede recordar. Buenísima cosa.
33.- Low – Ones And Sixies
Alguien se sintió libre de pecado y preguntó: en estos 22 años, ¿el matrimonio de Duluth, Minnesota tiene un disco malo?. Algún quisquilloso argumentó unas olas bajas al inicio de su carrera. Pero desde que estos roqueros lentísimos, post rockers dream poperos le entraron al mítico sello Kranky, sus chicharrones han tronado grueso en nuestros corazones, con melodías llegadoras, emotivas y épicas por ponerle los motes más precisos. Este año, y ya con la Sub Pop desde hace diez, se rifan con un disco más amable en su estructura, con cambios guitarreros que coquetean con las oscuridades de bandas como Earth, pero muy a su vibra mormón. “Ones and Sixies” es uno de los discos más contundentes de su carrera, uno de los mejores del año en su cancha y una colección de temas para darse con látigo y dulzura en el alma.
32.- Arca – Mutant
El sonido de Arca parece ya tener un certificado de origen. Puede haber varios haciendo o tratando de hacer lo mismo pero solo él logra escucharse como un verdadero extraterrestre haciendo música en nuestro planeta. “Mutant” es un disco mucho más constante que su antecesor, pero no por ello mucho menor. Aquí Arca vuelve uniforme esa experimentación y dialoga perfecto con sus creaciones. Un disco extrañísimo pero familiar que se aplaude con cada nueva vuelta que se le da.
31.- Future Brown – Future Brown
Así funcionan los súper grupos. O por lo menos así es como deberían hacerlo todos en el mundo. No nada más poniendo el nombre y el rostro para generar interés, sino creando música de la que todos los involucrados se sientan orgullosos. Lo de Future Brown es muchas cosas: una muestra clara del sonido de las pistas de baile del futuro, pero también una demostración de multiculturalidad en los oídos de todo aquel que los escuche y sienta en los huesos. Es el mundo hecho música, el tiempo y espacio se pierden para darle vida a uno de los grupos más cool que tenemos actualmente.
30.- Kendrick Lamar – To Pimp A Butterfly
Un infalible en toda lista que presuma de tener lo más granado del año en sus filas. Lamar se aventó un manifiesto rapero que es una suerte de oda a la negritud norteamericana. Un disco que sorprendió no porque dudaramos del calibre de este autor californiano, sino porque sale de toda linde hecha por él a la fecha. Un disco que resopla lo que en el barrio conocemos como “verguerismo” profesional. Impecable.
29.- Vaya Futuro – Perro Verde y Triste
Vaya Futuro bien podría ser el mejor grupo de nuestro país y sin embargo en ningún momento se asumen como tal. Más bien se encargan de demostrarlo en cada una de sus producciones. “Perro Verde y Triste” es un disco tan conmovedor como el mismo título indica, un conjunto de canciones llenas de un shoegaze de la más alta estirpe e interpretado con el corazón de cada uno de ellos en la mano. Después de esto se los llevaron a Islandia a grabar y no podía haber mejor premio para una manufactura tan impecable como lo es el disco, una belleza que nadie ahí afuera se debe perder.
28.- Donnie Trumpet & The Social Experiment – Surf
Chance The Rapper tiene una virtud especial para generar su música. De la misma manera que Kendrick Lamar lo hace para generar protesta y combatir la realidad, Chance lo hace pero para esparcir optimismo por el mundo. Ambos ayudan y quizá el segundo un poco más. En “Surf” conjunta a muchos de sus amigos para cotorrear un disco lleno de buenas vibras que parecen descendiente negro directo de los primeros Beach Boys y que se escuchan como la mejor cosa que las rimas hayan dado. Aquí siempre sale el sol y pocas veces llega la noche, es un disco para aplaudir y reír con él. Para abrazarlo con fuerza y no soltarlo nunca más.
27.- Soledad – Enfermedad
Hay un solo camino para el que todo ser humano está destinado y ese es el moribundo recorrido a la muerte. Soledad creó con “Enfermedad” un poderoso manifiesto al destino del hombre que habla y se comporta con la misma furia con la que uno recorre a paso lento aquel camino. Conforme las canciones avanzan el disco se degrada mucho más para que al final todo quede en un lamentable acto de putrefacción sin salida. Afortunadamente en los oídos se escucha mucho mejor que esa descripción. Qué gusto tener a Soledad haciendo música año con año, somos fieles seguidores desde el principio.
26.- Arcángel & Dj Luian – Los Favoritos
En “Los Favoritos” Arcángel hace varias labores para reconocer. Una de ellas es regresarle el protagonismo al productor detrás de las canciones que el mundo canta al unísono, de la misma manera en que solía hacer en aquellos tiempos de Dj Blass. También logró crear un desfile de colaboraciones que parecen unir Latinoamérica en una sola con canciones que, además, se escuchan como ese reggaetón del futuro que tanto se discute. Es un disco visionario, pero al mismo tiempo una reafirmación de uno de los nombres del reggaetón más grandes de los últimos años. Son los favoritos, pocas dudas hay de eso después de esto.
25.- Dr. Dre – Compton
Dr. Dre logró cerrar un año increíble con un disco de la misma manufactura. La perfecta antesala y continuación de “Straight Outta Compton” es el disco que lleva su nombre. Ahí, Dre hace un perfecto soundtrack para el rap de la zona que abarca desde tiempos milenarios hasta la actualidad y asoma un poco de los talentos que se verán en el futuro. El gran productor del mundo del rap le dio vida a una obra que no empieza ni termina, sino que con el tiempo aumenta su tamaño e importancia en la historia. Además las canciones son buenísimas para no soltarlas una vez que se escuchan por primera vez.
24.- The Holydrug Couple – Moonlust
Sacred Bones es un lugar en donde se pueden encontrar las mejores experiencias de psicodelia en nuestros tiempos. Es una casa que alberga desde los trabajos más complejos de Hval hasta las cosas más amigables como The Holy Drog Couple, un grupo que da cuenta de que en Chile no solo el pop inocente está patentado sino también aquel que se nutre de alucinaciones sonoras. “Moonlust” es un disco que parece escucharse distinto con cada escucha y que sin embargo parece hacerlo mejor conforme avanza el tiempo, un trabajo digno de cualquier grupo de habla inglesa y digno representante de la disquera que lo edita. Increíble cosa para oír con atención.
23.- Planeta No – Odio
Cuando Planeta No se formó hace apenas unos años se presumía que sus integrantes no eran ningunos aficionados, sino todos unos músicos consagrados con el nombre de varios grupos chilenos triunfales de la actualidad. Sin embargo, a la salida de “Odio” el grupo decidió dejar atrás esa historia para escribir una propia y lo lograron en su totalidad. El disco se escucha como una película de John Hughes llena de melancolía y rencores y de cambios y frustraciones. Uno de los discos más nobles y lindos que se pudieron escuchar este año, sin duda.
22.- Autre Ne Veut – Age Of Transparency
Autre Ne Veut bien podría ser considerado como un ‘auterista’, que le dicen. Y es que su manera de hacer música se encuentra cada vez más ajena a todo lo demás. “Age Of Transparency” no es la maravilla y obra maestra que fue “Anxiety” en su momento y sin embargo se escucha igualmente poderoso y lleno de ideas por todos lados. Aquí Autre se encuentra, pues sí, mucho más ansioso que en aquel disco y lleno de una rabia particular. Grita, patalea, pero también reflexiona y recuerda. Es un disco para disfrutar y sufrir con él, no poca cosa para presumirlo.
21.- Pellejos – Soy Cavernas
Si hoy preguntaran qué banda sigue haciendo rock inteligente e incómodo de garage, sin duda diríamos que los Pellejos. Su segundo opus apesta a caño, tiene letras que juegan con el concepto y el lenguaje sin ser grandilocuentes o presuntuosas en su mensaje, uno que por cierto va directo a la carota con un tino y pulso precisos para describir la situación actual mexicana, sin ser un mero panfleto politiquero faciloide. Así suena el DF, así es jalarse el pellejo.
20.- Los Zafiros – Gipsy Lovers
El reggaetón que se hace hoy en día en España bien podría ser equiparado a la visión con la que se manufacturaba en Puerto Rico hace quince años. Los Zafiros no son propiamente un grupo que se dedique del todo a ello y sin embargo se escucha como un montón de profesionales haciendo el mejor perreo del mundo sin ningún tipo de temor o limitante. Ellos, junto con El Perla y Kevin Swing (los Gipsy Lovers del título) logran darle vida a una colección de canciones sin ningún error en su manufactura y con las colaboraciones más acertadas de la actualidad. Son el futuro, nomás hay que oír esto para darse cuenta.
19.- Neon Indian – VEGA INTL. Night School
Cuando Alan Palomo presentó “VEGA INTL. Night School” en el Zócalo de la ciudad se escuchaba como un disco digno de las mejores pistas de baile del mundo y nada más. Sin embargo, el disco resultó ser eso y varias cosas más. Se trata de la reafirmación de Palomo como una de las mentes más inquietas de hoy en día y la mutación del proyecto en uno dedicado a brindar el soundtrack bailable para cualquier día del año. Es como un mix entero del que es imposible prescindir de canciones y eso es algo que se debe de agradecer.
18.- Jim O’ Rourke – Simple Songs
Desde hace décadas sabíamos que O’ Rourke era cabrón y talentoso, ya fuera como músico experimental multifacético y hiperprolífico que en su cara de quinto Sonic Youth o productor. Un día este estadounidense decidió largarse a vivir a Japón y codearse con músicos interesantes. Jim hace discos experimentales de alto calibre y abstracción, y de vez en cuando se avienta sutilezas pop venidas del corazón y el dominio de la melodía como éste. Reminiscencias al mejor Fleetwood Mac o a chuladas sesenteras de dulzura extremas. Un disco corto, conciso y precioso el que este guitarrista supo hacer. Huele a viejo pero sabe a nuevo. Todo está bien aquí: letras, melodía, composición, emotividad y arreglos. Un musicazo que hace discazos.
17.- Siete Catorce – Principio /// Final
Pocos productores en la actualidad como lo es Siete Catorce. En México, un país en el que día a día se encuentran gestando grandes talentos para la música electrónica, Siete Catorce brilla por ser el más catatónico de todos ellos. En “Principio /// Final” logra crear una obra tan personal como sintética envuelta en una tropicalidad extraña y tenebrosa producto de las pesadillas más crueles de su creador. Además, se escucha tan impecable por cualquier lado que es imposible dejar de escucharlo y, por supuesto, de bailarlo. Siete Catorce no falla y ésta es una prueba más de esa afirmación.
16.- Grimes – Art Angels
El momento en el que Grimes decidió comenzar a hacer música lejos de las tendencias de la sociedad fue aquel en el que comenzó a gestar uno de los mejores discos que el pop nos haya dado en los últimos años. “Art Angels” se escucha igual de inocente y girly que como sugiere en el título pero está dotado de una producción tan visionaria que logra separarla del resto de las Jepsens del mundo para posicionarla como la más virtuosa de todo el gremio. Grimes tomó la mejor decisión que pudo haber tomado entonces y ahora todos podemos gozar del increíble disco que resultó.
15.- Anabelle Lee – By The Sea… And Other Solitary Places
El Record Store Day se ha convertido en un despeñadero de reediciones nostálgicas para acumuladores y coleccionistas mamonas, pero de vez en cuando salen joyas como estas que uno no sabe ni de dónde vinieron pero que igual agradecemos. Una colaboración entre dos músicos que apenas y se conocen, Europa y América en una oda conceptual dedicada al poema póstumo de Allan Poe que lleva el mismo nombre de Annabel Lee. Un disco que rezumba calidez y oscuridad sofisticada. Suena al primer Goldfrapp, al Portishead más clásico y a la vez tiene vida propia, una muy fantasmagórica y espectral. La versión más poética al amor eterno más allá de la muerte que escuchamos este año.
14.- Jamie xx – In Colour
Tras comenzar siendo la mente maestra de uno de los grupos más aplaudidos de los últimos años y tras convertirse en el productor más codiciado de los clubs alrededor del mundo, Jamie XX por fin le dio vida a un disco completamente de su autoría. El resultado es uno tan alucinante como efectivo para cualquier club del mundo. Se escucha como la música electrónica más genérica pero al mismo tiempo como la mejor tratada de su contexto. Por momentos es un productor lleno de alegría y por otros uno tremendamente oscuro y salta de un lado a otro sin chistar. Un disco memorable para todos, incluso para aquellos que poco gustan de productos similares.
13.- Flying Saucer Attack – Instrumentals
Uno de los secretos experimentales mejor guardados del Bristol noventeros. El proyecto multifacético de David Pearce regresa tras tres años de sombra con un disco viajado, espacial y chulísimo, al que su perfil discreto no le minimiza un ápice de belleza y contundencia. Esta es la respuesta perfecta a qué pasaría si el shoegaze se hubiera atrevido a trascender sus propios clichés. Maravilloso. Minimalismo y abstracción a 30 por hora.
12.- Holly Herndon – Plattform
Desde hace cosa de cinco años, esta compositora norteamericana ha mostrado ser una de las mentes más brillantes dentro de la electrónica con vida propia y propuesta digna. Este año, el fichaje con la reputada disquera 4AD decantó en un disco que va que vuela para ser un clásico instantáneo. Al igual que el de Holter, el álbum de Herndon pasea sin titubeos por un tamiz pop de alto rango sin caer en concesiones de a peso. Bichos, texturas y viajes introspectivos para abrir mente y mandíbula, no hay más.
11.- Los Pirañas – La Diversión Que Hacía Falta En Mi País
Los Pirañas es un milagro. Tener juntos a Mario Galeano, Eblis Álvarez y Pedro Ojeda enun proyecto musical no es poca cosa y por supuesto que la música que logran crear tampoco lo es. Los Pirañas es un trío de experimentación tan salvaje como acertado, tan loco como visionario y tan virtuoso como improvisado. Es, como dice el título de su más reciente increíble disco, la diversión que hacía falta a Colombia para por fin coronarlo como el país de Sudamérica con más inteligencia creativa del momento. Un aplauso para todos ellos y para aquellos que se nutren de sus enseñanzas conforme el tiempo avanza.
10.- Deerhunter – Fading Frontier
A lo largo de los años hemos escuchado a Bradford Cox lamentarse de muchas cosas sobre su persona, sobre la sociedad que lo rodea y sobre la infinita cantidad de reflexiones que albergan su cabeza. Pero pocas veces lo hemos escuchado tan resignado como lo hace en “Fading Frontier” y tampoco tan relajado como lo hace aquí. El disco es un recordatorio del talento de la mejor mente hoy en día y de que Deerhunter es esa eterna banda que todos quisimos tener algún día. Difícil de pararlo cuando inicia e imposible no repetirlo cuando termina.
9.- Pxxr Gvng – Los pobres
Han sido varios años los que la Pxxr Gvng ha tenido que vivir creando para poder llegar a coronarse como lo hicieron este año: con un jugoso contrato con Sony para editar su primer disco de larga duración. Es, entonces, “Los Pobres” la cachetada con guante blanco perfecto a todo lo que queda de la industria musical, mientras que es la recopilación de los mejores éxitos de los pobres perfectamente pulidos para sonar en la más alta estirpe de la organización. Se burlan de todos y eso es algo que vale la pena presenciar frente a frente. “Los Pobres” es el disco en donde podemos hacerlo sin cansarnos un solo momento.
8.- Joanna Newsom – Divers
Nueve años le tomó a esta arpista folk californiana quitarse la polilla de aquel que pensamos sería su única obra maestra, el maravilloso Ys de 2006. Divers es un disco de calidad y belleza a tandas iguales, no más, no menos, sin ese tufo a triunfo personal y premura por triunfar. Un disco sumamente pop y elegante sin ser un parangón de ventas a cascoporro. Arreglos, letras inteligentes y de un amor sumamente hondo, que merece la atención de todos nuestros sentidos.
7.- Sufjan Stevens – Carrie & Lowell
“Carrie & Lowell” es el disco más complicado de digerir de todo el año y de toda la discografía de Sufjan Stevens. Es tan humano que resulta complicado sentirse empático con él y que es preferible escucharlo con el respeto y la compasión debida. Es, también, el Sufjan más desnudo y menos metafórico de toda la historia y probablemente su mejor disco hasta la fecha. Se siente tan frágil como amoroso, tan triste como emocionante y tan sencillo como perfectamente bien ejecutado. Una belleza sonora de esas que se escuchan con cautela y que enamoran con su primer encuentro sin problemas.
6.- Beach House – Depression Cherry
La carrera de Beach House ha ido en ascenso constante frente a los ojos de todos nosotros. Con cada disco se han encargado de perfeccionar un sonido que parece ser ahora solo suyo y de nadie más. Cada uno de sus discos está dotado de un poderoso corazón que lo sostiene y de una historia amarga detrás que le da vida y “Depression Cherry” no es la excepción. De los dos que sacaron este año, el primero es un dulce sonoro del que nadie puede renegar, tan lindo que es complicado no quererlo de inmediato y tan contundente que pega duro desde la primera escucha. Vale la pena formar parte de su amor.
5.- Romperayo – Romperayo
La música colombiana está viviendo una especie de regeneración demasiado acertada que es imposible no aplaudir cada cosa que sale de ella. Sin embargo, lo de Romperayo es algo que queda para la posteridad y que trae consigo toda una revolución sonora de la que el resto solo forma parte. Su disco homónimo – el primero con una disquera internacional- es un largo paseo por mucha de la historia de la música colombiana tratada con las manos de expertos que la hacen escucharse como nada que se haya oído antes. Una labor de la que pocos pueden presumir y que sacude la cabeza de todos aquellos que la presencien. Lo mejor que nos ha dado Sudamérica, sin problemas, es un gusto formar parte del movimiento.
4.- Panda Bear – Panda Bear Meets The Grim Reaper
No hace falta decir mucho cuando se habla de alguien como Noah Lennox. El mundo sabe que forma parte del mejor grupo del mundo hoy en día y también sabe perfectamente que es la mente más productiva de nuestros días. En su increíble nuevo disco Lennox parece hacer un recuento de su carrera hasta el día de hoy y encontrarse de frente con el fin de ella misma. Se encuentra con la muerte, de él y de sus seres queridos para darle vida a una crónica tan personal como especial para todos sus seguidores. Comulgamos con Panda Bear con toda la fuerza posible y hacerlo con un disco como este es un placer del que todos deben tener un poco.
3.- Dr. Yen Lo – Days With Dr. Yen Lo
¿Puede un género tan manoseado y revertido en sus lógicas como el rap reinventarse cada que se le inflamen los testículos? Sí, vaya que sí. Este disco es un concepto, una película y un manifiesto político conceptual de altos vuelos. Hip-Hop minucioso, cabrón, oscuro y callejero, sumamente listo de pe a pa, como debe ser. Misterio y minuciosidad en la producción, que merece más de una escucha para develar sus secretos. Qué cabronería.
2.- Emilio José – Agricultura Livre I, II y III
Muy pocas personas pueden presumir de crear obras tan largas, complejas y ambiciosas que, además de todo eso, se escuchen increíblemente bien al oído. En su “Agricultura Livre”, Emilio José decidió hacerlo con un disco de tres volúmenes que solo puede ser equiparado con la labor de Joanna Newsom en “Have One On Me” y con la introspección y disección de los Magnetic Fields en “69 Love Songs” pero en donde José reflexiona y apunta sobre temas tan abstractos como el amor, la política o la rebelión de masas de una manera muy letal. O al menos eso parece, porque el disco entero (las tres partes) está cantado en portugués y catalán. No importa que poco se entienda, el monumento se siente en cada nota y en cada palabra familiar. Pocas cosas tan grandes como ésta, tan duras y tan fáciles a la vez. Hay que darle la justicia que merece a su creador.
1.- Julia Holter – Have You In My Wilderness
Hay cierto placer que produce escuchar “Have You In My Wilderness”, el increíble disco de Julia Holter, de principio a fin en una sola sentada y sin ninguna pausa. Tal vez sea su capacidad inmediata de cautivar con tan solo las primeras notas y mantener el interés hasta la última, o tal vez se trate de su recital de palabras directas al alma y al corazón que los doblan sin problemas. Probablemente sea la voz de terciopelo de Holter que habla tan cerca de cualquier oído que podría convencerlo de cualquier cosa o la manipulación épica de cada uno de los instrumentos con los que está manufacturado. Puede ser todo eso o que, al final del día, sea la historia de amor medieval mejor escrita de todos los tiempos en nuestros oídos. De cualquier manera, “Have You In My Wilderness” es un monumento que crece conforme más se escucha y que parece dar la impresión de hacernos mejor personas cada vez que se escucha. Un disco que puede no ser nada de lo anterior pero que guarda una sorpresa para cualquiera que quiera darle oportunidad. Una sorpresa que ilumina, que enamora y que cautiva para no irse jamás.
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