jueves, 20 de abril de 2017

Recordamos a Prince con sus 10 mejores lados B

Fue apenas hace un año que el geniecillo de Minneapolis abandonó este planeta, a la edad de 57 años, muchos aún nos resistimos a su partida. Pero la muerte, muerte es, y el legado también. Prince Rogers Nelson, símbolo o el geniecillo es una de las figuras innegables dentro de la música popular del mundo entero, sin embargo, su trascendencia es vista con torpeza o limitación de este lado de la frontera.

Más allá de sus hits, la relevancia de Prince es inconmesurable en términos musicales, más allá de la parafernalia sexualizada, el escándalo y el funk atravesado, que dicho sea de paso también forman parte de la ecuación mítica en el delicioso cantante del bigotito de Biruta. Compositor, arreglista, productor, cantautor preciso e intérprete brutal, que seguro será valorado con mayor justicia en años próximos en el resto del mundo que no lo ha pelado mucho.

Sí, los hits están ahí, mucho Batman, mucho Purple Rain, Cream, Get Off, 1999 o Kiss, pero pocos deciden escarbar en esos perdidos B-Sides en los 45 revoluciones de la segunda mitad de los setenta, pasando por los maxi singles en vinyl y CDs, pasando por las ediciones especiales o las rarezas de los últimos años.

Sirvan sus diez mejores lados B para demostrar que Prince, incluso desechando piezas era riguroso e increíble. Ojalá de aquí se parta para entrarle a su obra discográfica, esa que está llena de bajos cochinotes, pelvis frotadas y líneas sensualonas. Hoy te recordamos más que nunca, geniecillo. La obra de este genio no está disponible en su gran mayoría en Youtube, por lo que alcanzarla en Internet de forma gratuita se vuelve un tanto elaborado, mas no imposible. Acá un acercamiento en aras de incentivar la curiosidad a conseguir los físicos o darse un rol a las tiendas virtuales. Larga vida a Prince.

 

 

1.- ‘Erotic City’, 1984, lado B de ‘Let’s Go Crazy’

 

Dos cosas al respecto de esta lista y este track, respectivamente. Sí, la época más prolífica de Prince en cuanto a confección de hits y B-sides se refiere es la década de los ochenta, entendiendo que, pongámoslo así, la última parte de los setenta se la pasó mascullando y alimentándose para lo que sería su gran éxito mundial con los Revolutions: Purple Rain. El 84 fue un año increíble  de temprana cosecha para Prince. Este B-Side es quizás el lado B por antonomasia del geniecillo, covereada, querida y la punta de lanza de un puñado de temas que Prince dejara de lado en las sesiones de ese portento de la portada de la motocicleta.

 

 

 

2.- ‘Another Lonely Christmas’, 1984, lado B de ‘I Would Die 4 U’

Un tema querido aunque flojón, sentido pero cursilón. Sin embargo la construcción de la canción en cuanto a sus elementos más básicos (música, letra e interpretación) rayan en esa línea en donde las cosas son igualmente deliciosas que intrascendentes. La rola tiene embrujo, se siente más como un detalle que como algo más contundente, y es que esa es parte de la genialidad de Prince, sin duda alguna.

 

 

 

3.-  ‘How Come U Don’t Call Me Anymore?, 1982, lado B de “1999”

Previo a Purple Rain, Prince ya iba perfilandoze hacia su refinamiento estético. Esta pieza es prueba del rango creativo del bigote más sexy del pop, en donde muestra que el blues, el soul y el jazz pueden convivir refrescados en los albores de los ochenta. Esta sonó frecuentemente en los en vivo de la carrera de Prince.

 

 

4.- ‘I Love U in Me’, 1989 Lado B de ‘The Arms Of Orion’

Una pieza muy armada con todas las de la ley, bella y de rango sólido en la cantada, sentida. Los arreglos en el coro plan gospel es su parte más atinada. Chulada que se desprende de su etapa en la que colaboró para la primera cinta de Batman, en donde su rollito con Kim Bassinger lo traía haciendo este tipo de melcocherías.

 

5.- ‘Violet the Organ Grinder’, 1991, lado B de “Gett Off”

Una sexualizada influenciada por el mood raper naciente en el mainstream estadounidense. Los arreglos de cuerda del final dan un toque perfecto a una canción que parece que nunca supo a dónde ir, pero que igual funciona. Rola porno de poder.

 

 

6.- ‘Alexa De Paris’, 1986, lado B de ‘Mountains’

Cuando les decimos que Prince traía una revolución musical muy cabrona en los ochenta, es porque así era. Prince tenía el mundo a sus pies y no era para menos. Esta rola trae a una joven Sheila Escovedo en la batería. Un portento instrumental sofisticado de cabo a rabo, con tintes épicos y muy característicos de la época.

 

 

7.- ‘Girl’, 1985, lado B de ‘America’

Una pieza clave para entender al Prince más exitoso. Esta canción, sencilla en apariencia, es casi una maqueta bien hecha, linda, que serviría como una suerte de antecedente de ‘Scandalous’, misma que daría el batazo clave de salida al álbum de Batman, otro de los momentos cumbres del cantante. Girl es importante y es cabrona. Una joya ahí bien escondida.

 

 

8.- ‘She’s Always in My Hair’, 1985, lado B de ‘Raspberry Beret’

Bajos comprimidos pero gordos, sintetizadores espantosos pero con onda y una letra insuperable hacen de este, uno de los mejores lados B de Prince. Ambigua y sentida, caliente pero tierna, aquí sí aplica todo el sentido y las acepciones de lo cool.

 

 

9.- ‘Sex’, 1989, Lado B de ‘Scandalous Sex Suite’

Los ochenta llegaban a su final y con ellos la potencia sexual de Prince iría hacia una madurez que se vería reflejada a la postre en sus discos, mas no en su humor y curiosidad por experimentar piezas nuevas. Esta pieza es como un mantra cochambroso, delicioso, de largo aliento y sumamente hipnótico, derivado estirado de todo lo que detonó el fenómeno Batman. Calen. De la segunda mitad de los noventa para acá, ya no tuvimos tracks tan atípicos como éste.

 

 

10.- ‘17 Days’, 1984, lado B de ‘When Doves Cry’

Lo chingón de este lado B es que pese a ser una pieza de aparente relleno, se puede apreciar al Prince con más brío, energía y sentimiento. Y también se pueden apreciar dos cosas clave en los trucos del mago: la fórmula de intro funk electronicoso para después dejarnos seducir por el aparente sufrimiento rico sentimental del geniecillo. Y la otra es que es el primer precedente de una obsesión de Prince con la lluvia. Esta rola se trabajó originalmente en el 83 y sigue sonando deliciosa.

 

Colofón

Pues sí, Prince le entró al negocio de la música ya siendo un cabrón, joven aún pero con un colmillo bárbaro. Y nada como las Loring Park Sessions, sacadas a la luz hace no mucho, para dar cuenta de que Prince sabía tocar y se tomaba el funk y el jazz tanto o más en serio que sus ídolos del género. Es decir, con esta belleza, que es una cosa bárbara, podemos unir congruentemente a la figura que vino después. Grande Prince.

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