martes, 1 de noviembre de 2016

Un volantazo a la “festivalitis” llamado Fascinoma

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La ciudad de México vive todo el tiempo en contraste total, a todos los niveles. No sabe de medias tintas ni precisiones. Sus musculosos brazos de madre parecen reinventarse constantemente para dar cabida lo mismo a la diversidad más enriquecedora, que a la desigualdad más cruda. Esto es extensivo al debate público, a la vida privada de sus habitantes, la economía y la política. Su entorno cultural y en especial su escena musical no está exenta de este sino casi histérico, para bien y para mal.

Así pues, pareciera que la rebautizada a la mala CDMX atraviesa actualmente por un clima de salud sonora, gracias a toda la pléyade de actores musicales y/o ruidistas-glitcheros-laptopistas que no se cansan de nutrir el abanico de opciones. El mainstream y los eventos musicales multitudinarios apoyados o no por marcas también están en constante actividad: llámense NRMAL, Bahidorá, Aural, Bestia, Infinito, etc.

En este contexto, un festival más de nicho en una ciudad en donde ni el rock, el jazz, las abstracciones o los beats electrónicos de gramaje inteligente representan una mayoría de nada, parecería una necedad redundante, dada la cantidad de cosas sucediendo, la aparente saturación y lo competido que se encuentra todo.

Eso: apariencia y necedad parecen ser las improntas en las que se apoya Fascinoma para apostar por una opción que se figura como refrescante y distinta.

Para algunos un cartel de ensueño, Fascinoma debuta este 2016 con varios puntos a su favor, amén de ser de buenas a primeras un festival de música electrónica de culto en su vasta mayoría: reconoce el talento local y toma un pulso preciso de la escena mexicana, evidenciando que lo que rige, controla y castiga actualmente en la Ciudad de México es el Techno y sus colectivos más sólidos provenientes del subterráneo (llámense Ensamble, Cuatro Cuartos, Jungle Empire, Dance Your Name, etc.).

Así también, este festival llama la atención por su basta diversidad de nombres extranjeros, su locación, la accesibilidad de costos y lo genuino en su propuesta. El 11 y el 12 de noviembre se vislumbran como un parteaguas musical para la escena sonora local, en la que la descentralización de la urbe, aunque pequeña es muy saludable y simbólica: una ex fábrica en Atlixco, Puebla llama como un buen giro de tuerca que le dice adiós por unas buenas horas al caos citadino, a los excesos logísticos que impone la playa y que apuesta por una experiencia levemente distinta.

Para quien aún dude ante el pleno desconocimiento de nombres tan portentosos del calibre de The Gaslamp Killer, el enorme Larry Heard, Mala (una gran ausente del MUTEK 2015), Machinedrum o Deepchord, sólo resta decir que la curiosidad ha sido la gran triunfadora de los últimos años ante festivales que apuestan más por el descubrimiento (NRMAL, Ars Futura, El Nicho), que por las certezas (Ceremonia, Corona Capital, Vive Latino). Para quien sepa escuchar y pone atención a que la música es algo más que un mero divertimento, sólo basta dar play y convencerse por propia mano.

Tres días, dos noches, más de 30 actos de drum and bass, techno, house, footwork, soundsystem, garage, bugaloo, world music de gramaje fino y hasta todo un festival local dedicado enteramente al ambient, serán el regalo que acompañen a los asistentes, esos que aún prescinden de los grandes nombres para hacer de un festival un evento único e irrepetible, y no un calvario multitudinario lleno de marcas hacia donde se mire.

Resta decir que Fascinoma merece toda la oportunidad si uno se estima como un escucha atento y con criterio, ya que el festival nace y se erige en el papel como una opción fresca y hasta necesaria que, de llegar a buen puerto, estaría marcando un punto de inflexión importante dentro de los festivales de música electrónica en todo el país, que si bien no son pocos y hay para distintas índoles de bolsillo y gustos desde hace tiempo, la curaduría que conforma el primer grito de guerra de Fascinoma establece la urgencia de algo así, en donde nombres como Derré Tidá, White Visitation, Líneas de Nazca, Nihilnimal y hasta los chicos pinchadiscos a 45 revoluciones de Hipshakers tuvieran una cabida más congruente dentro de un cartel.

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Riesgo y necedad, tino y precisión, en medio de un país de apariencias y extremos. Larga vida a Fascinoma. Los boletos pueden adquirirse ya en http://ift.tt/2ew8VoV

Freim está regalando un boleto sencillo a los primeros que compartan este post en Facebook con el siguiente copy: “Vayan todos a Fascinoma” arrobando a Freim, Fascinoma y la Fanpage del acto que más quieren ver. Los ganadores serán notificados en la Fanpage de Freim. Suerte a todos.

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